La luz eléctrica llegó por primera vez a San José el 9 de agosto de 1884. Este evento marcó un hito en la historia del país, ya que Costa Rica fue una de las primeras naciones en América Latina en contar con electricidad, incluso antes que algunas ciudades importantes en Europa.
La instalación de la iluminación eléctrica fue posible gracias al ingeniero costarricense José María Castro Madriz, quien gestionó la construcción de una planta hidroeléctrica en la localidad de La Joya, en Aserrí. Esta planta generaba electricidad utilizando el agua del río María Aguilar. El proyecto fue impulsado por el presidente de la época, Próspero Fernández Oreamuno, y posteriormente completado bajo la administración de Bernardo Soto Alfaro.
El primer lugar iluminado fue el Parque Central de San José y sus alrededores, incluyendo algunos edificios gubernamentales. Este logro colocó a Costa Rica a la vanguardia en tecnología y modernización en la región, reflejando el compromiso del país con el desarrollo sostenible, aprovechando sus abundantes recursos hídricos.
El avance en la electrificación marcó el inicio de un proceso que posteriormente se expandió por todo el país, contribuyendo al crecimiento económico, educativo y social. Desde entonces, la electricidad ha sido fundamental en el progreso de Costa Rica, convirtiéndose en uno de los países líderes en energía renovable en el mundo.