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El paraíso surfero

En la Península Nicoya, en la provincia de Puntarenas, se encuentren este particular paraíso, Santa Teresa. Gracias a su playa de arena blanca, donde el bosque llega prácticamente hasta el mar; sus vientos, que garantizan oleaje durante todo el año (con puntos de surf adecuados para todos los niveles de deportistas); y un ambiente relajado, donde las jornadas de olas terminan siempre en fiestas a ritmo de reggae o música latina con el escenario de unos atardeceres épicos.

Además de la tabla, los visitantes de Santa Teresa pueden disfrutar de otras actividades como hacer canopy, salir a hacer running al amanecer o alquilar una bicicleta para moverse por los alrededores, para llegar, por ejemplo, a Mal Pais. Un enclave perfecto para practicar el surf, a menos de 3 kilómetros; Playa Carmen, ideal para caminatas y ciclismo de montaña, o Montezuma, a 19 kilómetros.

Otro lugar que también es ideal para el surf es Montezuma. Un bonito y pintoresco pueblo abrazado por altos acantilados y jungla que, además del mismo espíritu que Santa Teresa, conserva aún sus casitas viejas de madera. Desde hace tiempo es refugio de artistas y bohemios de todo el mundo, cuya máxima expresión es el mercado de los sábados, donde se venden productos orgánicos y artesanía local, ropa, cerámica, cuadros, entre otros.

En cuanto a las playas, en Montezuma también hay para elegir: acantilados rocosos o arenas finísimas. Playa Montezuma, por ejemplo, es una playa larga muy cerca del pueblo, genial para el baño; mientras que Piedra Colorado, a la que se llega tras una pequeña escalada de un cuarto de hora, es una solitaria y pequeña cala. Playa Grande, extensa y con buenas olas, es la playa surfera de manual; y Playa Las Manchas, con sus aguas turquesas, un lugar de postal.