El Lago del Parque Metropolitano La Sabana, ha experimentado sequías recurrentes en los últimos años, especialmente durante la temporada seca. Este fenómeno se debe principalmente a que el lago es artificial y depende exclusivamente de las lluvias para mantenerse lleno, careciendo de fuentes naturales de agua.
Durante los meses de verano, las altas temperaturas y la falta de precipitaciones provocan la evaporación del agua, dejando al descubierto el lecho del lago. Esta situación ha sido evidente en varias ocasiones, desde el 2020, cuando el lago se secó por completo.
Para abordar este problema, se han propuesto diversas soluciones. Una de ellas es reabrir una conexión con la quebrada Pavas para alimentar el lago, como se hacía en el pasado. Otra propuesta es reducir el tamaño del lago para mejorar la retención de agua y minimizar la evaporación.
Estas medidas buscan garantizar que el lago mantenga un nivel de agua adecuado durante todo el año, preservando su valor ecológico y recreativo para los visitantes del parque.