Este inmueble es el más enigmático y el único de este original estilo, en Barrio Amón. Fue construido a mediados de la década de 1920 como residencia del comerciante español Anastasio Herrero del Peral.
El diseño es una concepción arquitectónica morisca del Arq. Gerardo Rovira. Con gran profusión de detalles constructivos y ornamentales, entre los cuales destacan: el torreón y la cúpula enchapada en laminillas de aleación de cobre, varias azoteas a diferentes niveles y provistas de almenados, ventanas tipo ojival con cristales de colores, patio interno con fuente, murallas externas y una gran profusión de elementos decorativos tanto en los paños de sus tachadas como en las paredes y cielorrasos internos.
En la segunda mitad del siglo XX fue adquirida por el Arzobispo Carlos Humberto Rodríguez Quirós, quien la habitó por muchos años. Después funcionó como un restaurante y no hay duda que su infraestructura destaca a simple vista.