Cartago, conocida como la “tierra de la papa”, debe su apodo a sus condiciones climáticas y geográficas únicas. Situada en el Valle Central, su altitud y suelos fértiles, de origen volcánico, crean un entorno ideal para el cultivo de papas. Las temperaturas frescas y los abundantes recursos hídricos de la región favorecen el crecimiento de este tubérculo durante todo el año, consolidando a Cartago como el principal productor de papas en el país.
El cultivo de la papa en Cartago tiene una larga tradición, que se remonta a la época colonial. Con el tiempo, los agricultores locales han perfeccionado las técnicas de cultivo, adaptándose a las necesidades del mercado nacional y garantizando una producción constante. Comunidades como Tierra Blanca, Pacayas y Llano Grande son emblemáticas por su dedicación a esta actividad agrícola, convirtiendo la papa en un pilar económico de la región.
Además de su importancia agrícola, la papa en Cartago tiene un gran valor cultural. Es protagonista de numerosas recetas tradicionales costarricenses, como el picadillo de papa o la olla de carne, y ocupa un lugar destacado en ferias y festivales locales. Estos eventos celebran la riqueza agrícola de la zona y fomentan el turismo, atrayendo a visitantes interesados en la gastronomía y las tradiciones cartaginesas.
La conexión de Cartago con la papa no solo es agrícola y cultural, sino también económica. La producción de papa genera empleo para miles de familias, desde pequeños agricultores hasta distribuidores en mercados nacionales. Esto ha fortalecido a la provincia como un motor clave en la seguridad alimentaria, reafirmando su identidad como la “tierra de la papa”.