El color turbio o marrón de algunos ríos en Costa Rica, como el Río Sucio, se debe principalmente a la alta concentración de sedimentos que arrastra el agua, producto de fenómenos naturales y actividades humanas. Estos sedimentos provienen de la erosión del suelo, especialmente en zonas donde hay lluvias intensas y un terreno muy inclinado, lo cual facilita la movilización de tierra, rocas y materia orgánica hacia los ríos. Este proceso es común en las épocas de lluvia, cuando el caudal de los ríos aumenta significativamente.
El Río Sucio, en particular, se caracteriza por su color grisáceo debido a la gran cantidad de material volcánico que transporta y esta región donde se encuentra el río es geológicamente activa, con varios volcanes en las cercanías.
El río fluye a través de áreas donde la actividad volcánica ha dejado una rica cantidad de minerales y ceniza en el suelo, lo que contribuye al color y turbidez del agua. Esto es especialmente notable en áreas cercanas al Volcán Arenal, que ha tenido erupciones recientes que liberan cenizas y materiales volcánicos al entorno.
Aunque este color del río puede parecer “sucio”, en realidad refleja la riqueza geológica y mineral del área. Estos sedimentos no solo dan al río un aspecto distintivo, sino que también son parte del ciclo natural que mantiene la biodiversidad y la fertilidad del suelo en la región. Sin embargo, el impacto de las actividades humanas, como la deforestación y la agricultura sin prácticas sostenibles, puede intensificar la sedimentación y contribuir a la contaminación de los ríos.